domingo, 1 de diciembre de 2013

ochenta libros



Hace unas semanas en una red social, nuestro amigo Stalker propuso el reto de escribir una lista de los libros que más nos hubieran influido, conmovido o devastado, dentro de nuestro crecimiento como lectores. En un principio me sentí reacio, ya que toda lista es incompleta e injusta por definición, y dudaba que pudiera tener algún sentido mi aportación. Pero finalmente la redacté y fue una experiencia muy reveladora y agradable: cada título escrito me despertaba recuerdos subterráneos de todas esas horas de sumergimiento, las transformaciones sucesivas que han generado en mi conciencia a lo largo de mis diferentes etapas vitales. Es una tarea a caballo entre el striptease y la purga interior; también revela la fragilidad de nuestros estratos más íntimos, lo diferentes que seríamos si se nos privara, de pronto y por arte de magia retrospectiva, de esas lecturas que nos han demolido y construido.

Las únicas normas implícitas -según lo entendí- eran que la lista fuera espontánea, miscelánea, que no hubiera varios libros de un mismo autor y que no discriminara épocas, literaturas, géneros ni subgéneros: poesía, novela, cuento, filosofía, ensayo, cómic, etc. Transcribo aquí la lista, simplemente por el placer de leerla más allá de la obsolescencia de la escritura en este mundo virtual; he añadido algunos títulos y realizado los menos cambios posibles, por el fetichismo de mantener la veracidad del "impromptu". La longitud de las obras es cuanto menos variada: la más breve es la Visió smaragdina de Cirlot con una extensión de catorce versos, mientras que las novelas de Bolaño y Dostoievski suman más de mil páginas cada una en algunas ediciones. Mis criterios han sido visceralmente íntimos y he dado prioridad a textos que de una forma u otra han supuesto un giro en mi manera de concebir el lenguaje, la narración y la escritura. Constaba de 72 títulos, que he redondeado en 80 por mera pulcritud numérica y para subsanar algunos olvidos demasiado trágicos.



- "Los hermanos Karamazov", Fiódor Dostoievski
- "Poemas", Emily Dickinson
- "Elegías de Duino", Rainer Maria Rilke
- "La tierra baldía", Thomas S. Eliot
- "Sobre héroes y tumbas", Ernesto Sábato
- "El último hombre", Maurice Blanchot
- "Eneida", Virgilio
- "Agujero negro", Charles Burns
- "Antígona", Sófocles
- "Hospital Británico", Héctor Viel Temperley 



- "El pelícano", August Strindberg
- "El nacimiento de la tragedia", Friedrich Nietzsche
- "La corrupción de un ángel", Yukio Mishima
- Textos gnósticos: biblioteca de Nag Hammadi, VVAA (ed. Trotta)
- "Poemas japoneses a la muerte", VVAA (ed. DVD)
- "Macbeth", William Shakespeare
- "Orestíada", Esquilo
-  "Libro de Job"
- "A puerta cerrada", Jean-Paul Sartre
- "Igitur", Stéphane Mallarmé                                                                             
- "Sea Change", Jorie Graham 
- "Sebastián en sueños", Georg Trakl
- "Los cabellos de Absalón", Pedro Calderón de la Barca
- "Mil mesetas", Gilles Deleuze y Félix Guattari
- "El libro de Monelle", Marcel Schwob
- "Cántico espiritual", Juan de la Cruz
- "Poemas de Álvaro de Campos", Fernando Pessoa
- "El Aleph", Jorge Luis Borges
- "Contra natura", Rodolfo Hinostroza
- "Vigilar y castigar", Michel Foucault 

(Viñeta de "Agujero negro", de Charles Burns)


- "Contexto. Material", Birgitta Trotzig
- "El almuerzo desnudo", William Burroughs
- "Ética demostrada según el orden geométrico", Baruch Spinoza
- "Las bacantes", Eurípides
- "Reja de lenguaje", Paul Celan
- "Extracción de la piedra de la locura", Alejandra Pizarnik
- "La Máquina Hamlet", Heiner Müller
- "Diálogos del conocimiento", Vicente Aleixandre
- "Cantica spiritual", Ausias March
- "La exhibición de atrocidades", James G. Ballard
 - "Sobre lo sublime", Longino
- "Soledades", Luis de Góngora
- "Schibboleth", Jacques Derrida



- "Cantar de los Nibelungos"
- "The Sandman: Casa de muñecas", Neil Gaiman 
- "Quemando Cromo", William Gibson
- "Diarios indios", Chantal Maillard
- "Poemas", Li Po
- "Versos del soldado desconocido", Osip Mandelstam
- "Visió smaragdina", Juan Eduardo Cirlot
 
- "Trilogía", Hilda Doolittle
- "Hyperion", Dan Simmons
- "Nostalgia de la muerte", Xavier Villaurrutia
- "Haikus", Matsuo Basho
- "Pedro Páramo", Juan Rulfo
- "From Hell", Alan Moore
- "Psicopatología de la vida cotidiana", Sigmund Freud
- "Personae", Ezra Pound
- "El proceso", Franz Kafka
- "Poemas humanos", César Vallejo




                                                                               

- "Canciones de experiencia", William Blake
- "La manzana en la oscuridad", Clarice Lispector
- "Narciso en el acorde último de las flautas", Leopoldo María Panero
- "Santuario", William Faulkner
- "El teatro y su doble", Antonin Artaud
- "Primero sueño", Juana Inés de la Cruz
- "Lo sagrado y lo profano", Mircea Eliade
- "Las flores del mal", Charles Baudelaire
- "Réquiem", Anna Ajmátova
- "Corpus", Jean-Luc Nancy
- "Maestros antiguos", Thomas Bernhard
- "De lo espiritual en el arte", Vasili Kandinsky
- "O el poema continuo", Herberto Hélder
- “1984”, George Orwell
- “Dioniso: mito y culto”, Walter F. Otto
- “Luces de bohemia", Ramón María del Valle-Inclán
- "2666", Roberto Bolaño
- “Material memoria”, José Ángel Valente
-  "Oscuro bosque oscuro", Jorge Volpi
- “Provocación”, Stanislav Lem





                                              (Autorretrato de Ernesto Sábato)

jueves, 20 de junio de 2013

mirada, núcleo, fuego





Y a ellos, los humanos, los pierde su cobardía ante la orfandad. Les pierde la falta de discriminación entre su ser político (y su legitima necesidad de una moral reguladora) y aquel miedo a saberse ellos mismos condensaciones de la energía universal, miedo a ese instante en que pudiera ocurrir que tuviesen que responder con todo lo que son. Su miedo a ver. Un miedo que les ciega.






 
La mirada se derrama. Como el agua. Y pasa, siempre pasa. Acarrea materiales, adquiere la tonalidad de los minerales; éstos alteran su sabor, pero no su naturaleza.


 





No hay mirada que no modifique el campo del mirar.







Hay un mirar que da, y otro mirar que quita. El mirar que da es aquel que no sólo contempla lo que hacemos, sino que también se ocupa del objeto de esa acción. Es un mirar que aumenta la pulsión del gesto y lo acompaña. En cambio, el mirar que quita es el mirar crítico, aquel que cuando se dirige hacia nosotros nos despoja de la energía que nos hace ser lo que somos. Disminuimos. Se hace fuerte el que mira y nos somete. Sufrimos entonces algo parecido a un desahucio. El cuerpo queda como una cáscara, vaciado el dentro, abducido por la mirada ajena. Si el núcleo no es resistente nos sentimos “perdidos”.






   

¿Qué es lo que de mí puede ser herido por las miradas? Aquello, vulnerable, que no pertenece al núcleo, aquello que pertenece al mí. El mí es lo inestable que recubre el núcleo. Materia de intercambio. De fusión a veces (en el amor). El núcleo está a salvo. Las heridas son agujeros en las capas intermedias, desgarros en la superficie, mordeduras, absorción. Intercambios, al fín y al cabo.







 
Dar, antes de exponerse a la absorción: evitar la violencia de aquel que necesita reforzar sus murallas, las capas múltiples que protegen su núcleo como la grasa el hueso al que recubre y el hueso al tuétano.




 
Loa sentimientos: enlaces, hilos que forman red, relaciones entre nudos: universo. Los sentimientos afianzan el , lo confirman frente a otro. Despojada de los múltiples colores, sólo queda el brillo. La luz informe en la que nada puede verse porque nada hay que pueda verse: sin forma, no hay ningún algo, ningún , ningún otro, nada. Sin sentimientos, la energía es pura neutralidad.




 

No estoy lista aún para que recuperes del todo la visión. ¿No ves cuánta confusión anida todavía en mi pecho, que me hace confundir, como por necesidad, el objeto al que la llama se dirige con el propio fuego? Ellos son excusas para arder, son el reto de las brasas, la madera para la pira. Ellos -esos otros, esos seres a los que amamos con ese amor que es deseo- son el señuelo. El fuego que no puede arder consume su propio lecho. No confundamos el fuego con el combustible.


 



¿Qué es un sonido? Conocer un sonido... No se conoce un sonido tan solo oyéndolo. Conocer un sonido es experimentarlo más allá de la materia expresada en la sonoridad, es ver lo que construye, experimentar en el cuerpo el impacto de la forma sonora.






Porosa. La membrana del núcleo es porosa. ¡Tan sólida, no obstante, en su porosidad!

Requerimos la expresión, y la expresión se queda dentro. No puedo decir, y aunque pudiese, no dicen las palabras lo que quiero decir. Releídas, me sueñan a tópicos condescendientes, trascendentes, falsamente místicos. Y no es eso. 

Es hora de crear nuevos símbolos. Es hora, también, de largos silencios, de interiorización, de prudencia. Estar atento y formular la pregunta.










(textos: Chantal Maillard, Diarios indios, Pre-Textos, 2005)



(imágenes: Russell Mills)



















sábado, 9 de marzo de 2013

emily dickinson (4): asombro, cordura, insomnio












(323)

Como si yo pidiera una simple Limosna,

y en mi mano mendiga

un Extraño pusiera un Reino,

y me quedara, allí, pasmada –

como si le pidiera al Oriente

una Mañana para mí –

y él abriera sus purpúreos Diques,

arrasándome de Aurora –





As if I asked a common Alms,
And in my wondering hand
A Stranger pressed a Kingdom,
And I, bewildered, stand -
As if I asked the Orient
Had it for me a Morn -
And it should lift it's purple Dikes,
And shatter Me with Dawn!









(435)

La Locura en exceso es Sensatez divina
para un ojo que sabe 
Ser Sensato en exceso – la Locura absoluta
La Mayoría impone
en esto, como en Todo, su criterio
Si asientes  – estás cuerdo
Si objetas eres un peligro
y de inmediato te Encadenan 





Much Madness is divinest Sense --
To a discerning Eye --
Much Sense -- the starkest Madness --
'Tis the Majority
In this, as All, prevail --
Assent -- and you are sane --
Demur -- you're straightway dangerous --
And handled with a Chain --










(967)

El dolor – expande el Tiempo – 
En el diminuto Círculo 
de un Cerebro solitario 
se enroscan los Siglos –

El dolor contrae – el Tiempo – 
centrado en Coloridas 
Gamas de Eternidades 
que son lo que no eran –





Pain—expands the Time— 
Ages coil within 
The minute Circumference 
Of a single Brain— 

Pain contracts—the Time— 
Occupied with Shot 
Gamuts of Eternities 
                                                                                                                                                                              Are as they were not—










 (1428)


El Agua hace multitud de Camas

para los enemigos del dormir –
Su temible aposento permanece abierto –
y sus Cortinas fluyen suavemente –
Es hórrido el Descanso
en onduladas Cámaras
cuya Amplitud no invade ningún fin –
cuyo Eje no aparece nunca.

 




Water makes many Beds

            For those adverse to sleep –

            Its awful chamber open stands –

            Its Courtains blandly sweep –

            Abhorrent is the Rest

            In undulating Rooms

            Whose Amplitude no end invades –

            Whose Axis never comes.








(1331)


El Asombro – no es un Saber en sí 
pero tampoco ausencia de Saber – 
Un estado tan bello como crudo 
Nunca ha vivido aquel que no ha sentido

la Inquietud – que es su Hermana mayor – 
Dudar de si el Dolor es el Placer Maduro 
o en sí mismo otra forma de dudar – 
es el Insecto que tortura a los hombres –






Wonder -- is not precisely Knowing

And not precisely Knowing not --

A beautiful but bleak condition

He has not lived who has not felt --



Suspense -- is his maturer Sister --

Whether Adult Delight is Pain

Or of itself a new misgiving --

This is the Gnat that mangles men --










 (traducciones: R.M.

(imágenes: Josep Grau Garriga)