jueves, 10 de septiembre de 2009

the killing moon



Sobre este fin de semana planeaba la que iba a ser la fiesta musical más intensa y especial imaginable: el domingo, Leonard Cohen en directo, y la madrugada del sábado también los míticos Echo and the Bunnymen iban a visitar inesperada y gratuitamente los escenarios granadinos.

Por desgracia una triste noticia pone en seria duda la actuación de los hombres-conejo: este primer sábado de septiembre Jake Drake-Brockman, teclista oficial del grupo desde 1989, murió a los 53 años al chocar su moto contra una ambulancia en la isla de Man, segregando desde ya una leyenda negra -el batería falleció en casi idénticas circunstancias hace veinte años- o al menos una de esas ominosas casualidades con las que la muerte traza sus constelaciones.

Desde aquí mi pesar por esta pérdida y, a falta de saber si podremos ver a Echo and the Bunnymen este sábado, os invito a escuchar The killing moon, para mí una de las canciones más mágicas y entrañables de los 80 (que algunos recordarán por la escena inicial de la película Donnie Darko), improvisando también una traducción de su letra.









te vi bajo la luna azul
tan pronto me tomaste
entre tus brazos

tarde para suplicarte o impedirlo
aunque sé que ésta debe ser
la hora asesina

la mía, a mi pesar

el destino
en pie frente a tu voluntad
contra viento y marea
esperará hasta que
te entregues a él

te vi en las noches estrelladas
tan cruelmente me besaste
tus labios, un mundo mágico
tu cielo, lleno de colgantes joyas
la luna asesina
vendrá demasiado pronto


el destino
en pie frente a tu voluntad
contra viento y marea
esperará hasta que
te entregues a él







Under blue moon I saw you
So soon you'll take me
Up in your arms
Too late to beg you or cancel it
Though I know it must be
The killing time
Unwillingly mine


Fate
Up against your will
Through the thick and thin
He will wait until
You give yourself to him


In starlit nights I saw you
So cruelly you kissed me
Your lips a magic world
Your sky all hung with jewels
The killing moon
Will come too soon


Fate
Up against your will
Through the thick and thin
He will wait until
You give yourself to him


(Echo & the Bunnymen, "The killing moon", del álbum Ocean Rain, 1984)


20 comentarios:

PÁJARO DE CHINA dijo...

Ruben, amanece en Buenos Aires y escucho esta cancion, que parece estar siendo escrita mientras se la escucha. Me provoca alegria y desesperacion y alegria. Imposible no enlazarla al impacto del accidente duplicado ("la hora asesina, la mia, a mi pesar"). La traduccion es preciosa. Esa linea, por ejemplo, es perfecta. Solo alguien que se baña en esa canción como en un río puede traducirla así, desde dentro de ella.

"Las ominosas casualidades con las que la muerte traza sus constelaciones". Esas flechas invisibles que unen a estrellas dispares signadas por un elemento idéntico.

Me asombra la naturalidad con la que navegás tantos mundos. Es navagación impulsada por la intensidad de la entrada.

No creas que pasé de largo a Marguerite y a Osip. Estoy procesándolos.

La foto es impresionante. Parece que los ojos hubieran deshecho los cristales de las gafas.

Besos de cielo con joyas colgantes.

PÁJARO DE CHINA dijo...

Navegación, quise decir. Notable como el cambio de una vocal modifica las resonancias y los eventuales sentidos de una palabras. Yo navago, tú navagas (¿navegas vanamente? ¿divanas navegando? ¿haces que navegas? ...).

Esther Cabrales dijo...

Adoro esta canción Rubén. Siempre me ha parecido maravillosa. La muerte no entiende nada de nada.

Látigo Verde dijo...

Me ha encantado reescuchar esta canción. Acto seguido, he vuelto a ver el inicio de la peli.
Releo la entrada.
Una vez más, es un placer leer estas líneas tuyas, recoger las pequeñas joyas entre ellas, que vas engarzando con inteligencia y asombrosa facilidad.
Un abrazo,
M.

rubén m. dijo...

Mariel:

qué bien leerte de nuevo por aquí. Ahora anochece en Granada y escucho la canción con unos gruesos auriculares, y una vez más me sorprende pese a las veces que me he acercado a ella. Lo que me trasmite y el poso que me deja es muy complejo, pero sobre todo una melancolía tierna y agridulce. Me gusta que sea una canción larga (unos 6 minutos) que podría acabar antes para ser más radiable, porque así su efecto se prolonga, hay un miedo a terminar o más bien un deleite en prolongarse indefinidamente.

Gracias por tu benévola mirada a mi traducción; la escribí hace unos meses para una amiga que me preguntó de qué trataba la canción. Si es cierto que me he bañado muchas veces en ella, esa suave tristeza tan plena de vitalidad y de misterio.

Besos from starlit nights

rubén m. dijo...

Esther,

dada nuestra recién descubierta conexión ochentera pensé en ti cuando preparaba la entrada, sabía que te iba a gustar. Hay algo muy mágico en este tema, si escribí que es "entrañable" me refería a que se hace escribir nítidamente en las entrañas, es fácil llevarla adentro.

un beso

rubén m. dijo...

Martha:

gracias por tu bonita apreciación y tu elogio. Para mí es un placer compartir esta música (y todo lo demás que cuelgue aquí), y si en este caso he conseguido redescubrirte la canción y evovarte aquella película me siento más que satisfecho.

un abrazo

rubén m. dijo...

("evocarte", no *evovarte...)

Esther Cabrales dijo...

evovarte suena bien :-)

Laura Giordani dijo...

Ruben...no había visto esta entrada, iba a comentarte algo sobre la peli "Hiroshima mon amour" y encuentro esta luna. Has dado en la tecla con esta canción entrañable para mí; la tuve un tiempo sonando en mi blog.
Cuánto desearía ver a los Echo and the bunnymen interpretándola... hay otra canción Ocean Rain que es sublime. A finales de los 80, en Londres, tuve la oportunidad de ir a un concierto de los Echo pero ese día tocaban los Lords of the new church de los que era fan una amiga que compartía viaje y terminamos allí entre crestas, ropas de malla y vasos voladores en una tremenda pelea que se montó al final del concierto.

Qué buena entrada... gracias!

Un abrazo muy fuerte

Laura.

rubén m. dijo...

Laura, me alegro que te guste la entrada y la canción, y voy a darte (daros) un poquillo de envidia pues al final sí tocaron anoche los Echo, y fue un conciertazo! aún me duele el cuerpo de bailar, y esta noche Leonard Cohen, y ya estoy previendo que me dolerán los ojos de llorar...

Me extrañó que sólo tocaran dos temas de "Ocean Rain", Seven seas y por supuesto este The killing moon, fue un momento mágico. Una lástima que el público no estuviera a la altura, salvo los fans que esábamos desperdigados y flipando el resto no tenía ni puta idea de la suerte que tenían de estar viendo gratis a Echo & the Bunnymen. Seguro que si fueran Macaco o Boikot sí se hubieran movido, en fin... es lo que tienen los festivales kalimotxeros.

Otro fuerte abrazo

PÁJARO DE CHINA dijo...

Rubén, espero tus sensaciones al ver y a escuchar a Cohen. No quiero leer ninguna crítica ni buscar en los diarios. Quiero escucharte a vos (cuando quieras, obviamente). Besos que te imaginan atravesado y dado vuelta como un guante en el concierto.

Ana Hidalgo dijo...

Dentro de mis amplios gustos musicales -o al menos yo creo que son amplios- sin embargo tengo un vacío con cierta música. Una persona muy cercana a mí siempre dice "pobre anita, se perdió los ochenta y los noventa, nació en 1986, cuando tenía quince años lo que estaba de moda era Marilyn Manson". Sí, me perdí a los smashing o a los cure, y cuando lo he escuchado ya en edad adulta salvo algunas canciones rara vez se me han adentrado. Quizá por eso no me termina de entusiasmar esta canción, el cantante tiene una voz interesante, pero la música me suena demasiado fácil y ochentera. Lo que sí me ha herido dejándome un poco suspensa y pensativa es la letra de la canción, tal vez porque he pensado en algunas vivencias personales al leerla.

Al final me he arrepentido mucho de no haber intentado pillar entradas de Leonard Cohen, haber roto la hucha o haberle pedido a alguien el regalo de navidad por adelantado... tengo ganas de saber cómo fue y lo que sentisteis -tú y stalker.

Un abrazo fuerte.

Laura Giordani dijo...

a veces, es verdad eso de que Dios le da pan a quien no tiene dientes. Lo digo por lo que cuentas del público que escuchó a los Echo.

Rubén eres un afortunado, dan ganas de "pegarte" (cariñosamente, claro), luego de los Echo, Leonard Cohen. Qué maravilla!!
Imagino que habrás disfrutado mucho el concierto y te habrás emocionado también. La semana que viene toca Valencia, pero me será imposible ir, me duele porque quizás sea la última oportunidad, veremos.

Cuenta por favor tu experiencia con Cohen.

Un abrazo,

Laura

rubén m. dijo...

Bufff... Puedo decir que éste ha sido musicalmente el mejor fin de semana de mi vida. Lo de anoche de Cohen fueron palabras muy mayores, imaginaba que iba a ser emocionante pero no hasta ese punto. Es difícil de describir con palabras. No pensaba que podría crecer mi admiración hacia este hombre, que ya era enorme. Además pude darle un abrazo y charlar brevemente con Stalker, el Stalker analógico de carne y hueso y sonrisa con quien pude encontrarme por primera vez.

Verle cantar de rodillas "Dance me to the end of love", nada más empezar el concierto. Quitarse el sombrero cada dos por tres ante un público tan entregado como él. Lo cómico de ver a una leyenda de 74 años saliendo y entrando del escenario dando saltitos, como un muchacho. Pero sobre todo la presencia y la voz. Imponentes. Las canciones de sus primeros años sonaban escalofriantes con la potencia de su voz destruída, no sé si quiero volver a oír "So long Marianne" con el acento dylaniano de la grabación de estudio. El setlist fue una brutalidad, sólo eché en falta "Chelsea Hotel" que es una de mis canciones favoritas, el concierto duró más de tres horas.

Se me saltaron las lágrimas con "Who by fire", "Take this waltz" y "I´ve tried to leave you". Mi compañera también lloró. Ésta última canción no sé por qué no me la esperaba y me dejó hecho trizas, devastado por dentro. "First we take Manhattan" y "The future" (give me crack and anal sex...) sonaron tan diabólicas como tenían que sonar, con el "you know the way to stop me, but you don't have the discipline" se me puso el vello de punta, me sentí a punto de invadir Berlín o algo aún más terrible y épico.

Terminó el concierto diciendo que nunca olvidaríamos esa noche. Primera persona del plural: en ese "we" estaba Leonard Cohen, su banda y todos los que estábamos allí.

rubén m. dijo...

Por cierto Ana, me ha hecho gracia que utilices la palabra "ochentera" con una connotación negativa, para mí algo ochentero es algo entre neutro y positivo. Cada cual siente más cercana la música de una década frente a otras, y la producción hace mucho (esos sintes, esas cajas de ritmos de los Cocteau Twins, el abuso del "reberb", a mí me encantan, pero pueden ser demasiado... característicos). Lo que te ocurre con los 80 me pasa a mí con el pop-rock de los 60, soy fisiológicamente incapaz de escuchar por voluntad propia un disco entero de los Beatles, Janis Joplin o Creedence -sin ánimo de quitarles su mérito, claro-, y para mí que una canción suene "sesentera" es algo más bien malo.

La letra de "the killing moon" yo también la relaciono claramente con ciertas vivencias, quizá sea difícil no identificarse: el amor, el peligro, el deseo, lo inevitable, esas pequeñas cosas.

raúl quinto dijo...

dan ganas de haber estado en ese concierto de cohen... ya me contarás más cosas supongo.

te iba a decir que esto que has puesto es un temazo, así sin más. pero la discusión sobre los 80... los 80 fueron una época gloriosa musicalmente hablando (no tanto si nos quedamos en el tópico más cuarentaprincipales) pero una década que vio nacer a grupos como Depeche, Sonic Youth, Pixies, Nick Cave, The Cure, Los Smiths... ains ains, claro que si no de entrada no te gusta la música "pop" es difícil que te entre todo esto.


¿conociste a stalker? ¿es un ser antropomórfico?

rubén m. dijo...

Raúl, fíjate además que tres de esos grupos que mencionas, Sonic Youth, Depeche Mode y Nick Cave, han seguido haciendo discos que no bajan del notable alto durante ¡tres décadas! que se dice pronto. Y The Cure, casi casi, su último gran disco es el Bloodflowers, de principio de los dosmiles.

Stalker es antropomórfico, encantador y locuaz, a ver cuándo podemos vernos todos juntos, o al menos una pequeña asamblea de topos intrusos.

Ana Hidalgo dijo...

Raúl, no es cierto que de entrada no me guste la música "pop", como he dicho, mis gustos musicales son amplios, actualmente en mi mp3 llevo cosas tan diversas como Tchaykovski, Misha Alperin, Janis Joplin, Diego El Cigala o Hildegaard Van Bingen. El Requiem de Verdi me emocionó terriblemente hace una semana, pero ayer lloré escuchando el "Se me olvidó que te olvidé" de El Cigala, y no creo que sea incompatible.

Besos a todos. Y sí, un día habrá que hacer un encuentro común de topos, por ejemplo en Madrid -por decir un lugar intermedio, lástima que a Mariel le pille tan lejos.

raúl quinto dijo...

¿qué es un topo?