Antoine d´Agata no fue el primero ni será el último en retratar el inframundo de la prostitución y la miseria callejera. Pero la descarga de muchas de sus fotografías está más cerca de Bacon que de García-Alix: la plasticidad y la precariedad del cuerpo, el cuerpo reblandecido, comerciado, degradado o sublimado. El movimiento aquí es sólo una operación inevitable para mostrar el cuerpo de la droga, del orgasmo o la anorexia, los instantes en que el rostro desvela su animalidad, su mandíbula interior, su anonimato íntimo.
Una completa galería, aquí.
tremendo descubrimiento me haces!
ResponderEliminarla verdad es que tiene un cierto hálito bacon, un par de fotos en concreto parecen casi versiones del maestro irlandés. Yo creo que estas fotos consiguen adentrarse en lo que supone ese submundo, la distorsión, la fantasmalización, hace que el "verdadero realismo" sea brutal.
muchas gracias por la estocada.
Sintomáticas, en efecto, esos cuerpos contorsionados, destruidos, desantropomorfizadores. Los umbrales que nos cercan se hacen porosos y permiten la interpenetración de auras, gestos, jugos gástricos. Desoladora orogografía líquida, de cuerpos que se disuelven y aspiran a la condición espectral...
ResponderEliminarmuy bueno
Gran descubrimiento Rubén. Totalmente de acuerdo con los comentarios de Raúl y Stalker. Además le veo también un aire a Goya especialmente en las composiciones de la serie (excelente, por cierto) sobre Palestina. Fantástica también la serie "Oswiecim". Pena que no se vean las fotos más grandes.
ResponderEliminarSupongo que tendrá como todo hijo del R&R postmoderno, múltiples referencias, algunas más reconocibles otras menos, pero en cualquier caso interesantísima su visión social sin prescindir de cierto spleen.
Coincido con todos, Rubén, gracias por seguir cazando tesoros. En el enlace lo leí hablando de la manera en la que lo que sabe contamina lo que ve y deforma si mirada, produciéndole un malestar indefinible y un dolor sordo. Hay también un corrimiento, un desplazamiento, un fuera de foco de la imagen (sí, parecen las imágenes "arrastradas" de Bacon pero éstan son brumosas, como saturadas de niebla). Seguiré leyéndolo, que es una forma de leerte. La última fotografía que elegiste parece la de una muñeca enfermiza de manga japonés, una automáta cadavérica. Me gusta el in crescendo que armaste, para mí es como si fueran acelerándose las pulsaciones. Besos, muchos, y en foco.
ResponderEliminarRaúl, Stalker, Miguel Ángel, Mariel,
ResponderEliminarcelebro que os haya parecido tan interesante como a mí. Uno puede sentir el reparo, al compartir este tipo de artistas que plasman los recovecos más extremos de la realidad, de que los receptores se queden sólo con la voluntad de epatar mediante a violencia o suciedad de la imagen. Pero ya sabía que los asiduos a este blog tenéis un paladar fuerte que no se limita a saborear las superficies.
Para mí ha sido también un descubrimiento, lo encontré por casualidad hace unos meses buscando información para hacer un post sobre Daido Moriyama, uno de mis fotógrafos favoritos, que ya tendrá su momento.
D´Agata es una rara avis dentro de Magnum, que es la agencia de fotografía documental por excelencia (sus fotos sobre Palestina, espléndidas como señaa Miguel, estarían más cerca de ese fotoperiodismo). Un rasgo interesante de su trabajo, aparte de los que comentáis -difícilmente podría mejorar los comentarios de Raúl sobre el "verdadero realismo" y los de Stalker sobre la "porosidad de los umbrales"- es su implicación en el proceso fotográfico, que comparte parecidos con David Nebreda. En muchas de sus fotos es él mismo quien se inyecta heroína o está copulando con chaperos y prostitutas. Acerca de éstas dice en una entrevista que son las personas más vivas que conoce, "sinceras hasta en la piel", lo cual podría parecer una pose malditista, pero da la impresión de que sabe de lo que está hablando, y hay en ello una conciencia ética:
"No creo en el documentalismo objetivo, y no es que no pueda documentar el mundo desde fuera. Aceptar la responsabilidad de actuar en las situaciones que fotografío es una obligación moral, la única forma justa de hacer documentalismo".
A mí también me impresiona particularmente, Mariel, esta última foto, la que llamas "muñeca enfermiza de manga japonés", de hecho cuando miro ese ombligo siento dudas acerca de si realmente es un ser humano y no un muñeco de cera o un anti-maniquí explícitamente anoréxico, asusta esa confusión de los límites entre lo orgánico y lo inorgánico, la posibilidad de la imagen para indefinir la realidad.
un abrazo a todos
Difícil, como contruir una imagen a partir de su fragmentaciones en millones.
ResponderEliminarCómo se pueden fragmentar las vidas y recoger sus pedacitos en una imagen...
me sumo a los otros comentaristas para exclamar: tremendo descubrimiento! de esos que te cambian de postura del tortazo tan fuerte que te dan.
ResponderEliminarel cuerpo no está en toda esa fijeza y aislamiento de las esculturas griegas -aunque yo en mi adolescencia me enamorara del david de miguel ángel-, sino en esta extensión y en este contacto que muestra d´agata. pienso -aunque queda muy feo autocitarse- en mi texto sobre el movimiento y el cuerpo que iba acompañado de un cuadro de bacon. si hubiera conocido a este fotógrado cuando escribí el texto es posible que la imagen elegida no fuera la de bacon sino una de este fotógrafo, también es muy posible que hubiera otras cosas en el texto, cosas que me acaba de enseñar agata, algo sobre el claroscuro en nuestro cuerpo, no el claroscuro en el espacio sino en nuestro cuerpo, la configuración del claroscuro en nuestra piel.
gracias por traer estas imágenes. y un abrazo claroscuro.
Da miedo. Mucho miedo.
ResponderEliminarnunca estuvo mejor traido el titulo de este blog,Ruben:hete aqui la torsion del sexo la locura y sublimacion del ser al tiempo!
ResponderEliminarecce homo!nunca mejor dicho!adolfo
ps: ruben eres increible! a ver si nos vemos!besos miles!
Portinari,
ResponderEliminarintuyo en tus palabras un aspecto de la fotografía de retrato que,si refleciono sobre él, me resulta inquietante: la imagen de una persona, sus gestos, sus posturas, la expresión del rostro, forman un conjunto múltiple y cambiante. Pero el retrato fotográfico captura uno que debería funcionar como una metonimia del resto. En las fotos de D'Agata parece haber una conciencia de ese problema y prefiere disolver los gestos y movimientos y rostros en un movimiento fragmentador.Podría ser...
Ana,
ResponderEliminarintuía que este autor podría interesante, aunque dada tu curiosidad insaciable pensé que quizá ya lo conocieras. Me gusta la idea de ser yo quien te ha acercado a él, igual que tú me has acercado a otros pequeños mundos.
Tienes mi permiso para autocitarte, retorcerte sobre tus textos y adoptar las contorsiones que quieras en este espacio; creo que aciertas al señalar que alguna de estas imágenes hubieran acompañado y penetrado tu escrito sobre Aquino y el movimiento de un modo fascinante.
Gracias a ti por acercarte, y un abrazo con los rostros fuera de campo.
Esther,
ResponderEliminarel miedo es una de las sensaciones que producen estas imágenes, tanto por ellas mismas como por la conciencia -desvelada por ellas- de lo que hay detrás. Ahora que nuestra mirada está anestesiada por exceso de fáciles emociones fuertes televisivas, reencontrar el terror en nuestros ojos es una experiencia que casi produce alivio.
un beso
Adolfo,
ResponderEliminarme encanta tu entusiasmo y tu empatía con tantos mundos diferentes.El título de este blog, sí, encaja muy bien con estas imágenes. Al llamarlo "un cuerpo extraño" pensé en los diferentes sentidos de este sintagma: la extrañeza del propio cuerpo y su otredad, la extrañeza del cuerpo del otro como parásito o intruso del propio, o la segregación de algo que es propio y ajeno -que decía García Valdés. Y más cosas que se me escapan y que espero ir descubriendo, con vuestra colaboración, queridos intrusos :)
un gran abrazo
Querido Rubén, estas visiones del cuerpo me parecen fascinantes porque hurgan en esas zonas reprimidas del sentido que las buenas conciencias buscan olvidar. No sólo el bajo fondo, el inframundo: el erotismo que se cuela entre resquicios en algunas imágenes. En otras, sólo queda la violencia in-corporada: de la droga, el orgasmo o la anorexia. Es el momento de total indefensión del sujeto. Por eso perturban. Porque en ese instante el animal humano, tan parecido al resto de los animales, es absolutamente vulnerable.
ResponderEliminarGracias por mostrarnos ese costado perturbador de nosotros mismos.
Un fuerte abrazo,
Arturo
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarhummm... ¿quién se habrá autocensurado?
ResponderEliminarArturo,
ResponderEliminargracias a ti por la mirada. Tu óptica es muy semejante a la que me ha hecho bucear en la obra de este fotógrafo: la indefinición del cuerpo humano, sus instantes de máxima vulnerabilidad y animalidad, pero también el erotismo, la intensidad del sexo. Como bien dices es un trabajo perturbador y que sacude lo políticamente correcto, pero sin quedarse en un mero "epater le burgeois", hay mucha profundidad en esta concepción de la imagen y los cuerpos.
un abrazo fuerte
Ummm…interesante, para una reflexión (muy) critica acerca de la cuestión de la cuestión del cuerpo en el arte contemporáneo dejó aquí un texto del perroflaútico platónico Alain Badiou, algo así como un Jean Clair en versión maoísta:
ResponderEliminar“Cuál es la ideología dominante hoy? O, si ustedes quieren, ¿cuál es, en nuestros países, la creencia natural? Hay el libre mercado, la tecnología, el dinero, el trabajo, el blog, las reelecciones, la libre sexualidad, etc., pero yo pienso que todo eso puede ser concentrado en una simple declaración: Sólo hay cuerpos y lenguajes. (…)La guerra es la esencia materialista de la democracia. Eso es lo que ya estamos viendo, y que no podremos detener, en este siglo que amanece, si no interrumpimos los efectos de la máxima: “Sólo hay cuerpos y lenguajes”.”
http://www.lacan.com/badbodiesspa.htm
Este texto es más explícito aún:
ResponderEliminar“Negri acierta en lo concerniente a lo que los posmodernos “saben”: el cuerpo es el único ejemplo concreto para los individuos desolados que aspiran al disfrute. El ser humano, en el régimen del “poder de la vida”, es un animal un tanto triste, y debe ser convencido de que la ley del cuerpo fija el secreto de su esperanza (…)Cuerpos mortales; vidas sufrientes. La protección humanista de todos los animales, humanos incluidos: esa es la norma del materialismo contemporáneo. Su nombre científico es “bioética”. El nombre filosófico y político viene de Foucault: “biopolítica”.”
Yeah, siempre hay un platónico dispuesto a aguar la fiesta!
¡Oh, vuelve Jacquesneto, tiembla la blogsfera! Espero que haya vuelto para quedarse...
ResponderEliminarLas cuñas que introduces de Badieu hacen sangrar este conjunto de cuerpos. Es muy sugerente la consigna "sólo hay cuerpos y lenguajes" para comprimir toda la ideología dominante, tanto que uno se ve casi empujado sin remedio a hundir la cabeza en esos textos-cuerpos que venimos a ser todos, te agradezco ese enlace que me permitirá explorar en esa senda. El platonismo maoísta-perroflauta de Badieu, jajaja: eso de "esencia materialista" es de lo más revelador, goza tu oxímoron!
La protección humanista de todos los cuerpos -humanos o animales-, la bioética o biopolítica: próximamente quiero hacer una entrada sobre el experimento de Milgram, no sé qué nos puede revelar eso sobre estos temas, probablemente nada o el reverso tenebroso del biopoder, pero sin duda menos que los maullidos de los vástagos de tu recién parida gatita tuerta. Dale una sacudida de mi parte y otra a la Gata-Más-Fea-Del-Mundo, el hecho de que ésta acoja en su vientre otras criaturas como ella es signo inequívoco de una especie de ragnarok laico.
un gran abrazo!
tranki, le daré esas sacudidas que pides a mis seis gatos (bueno 10 si contamos los que una está fabricando en su peludo seno). Te aseguro que a veces siento que me miran y gritan "el caos reina".
ResponderEliminarUn deconstruido abrazo!
sólo intervengo para postrarme a los pies del gran jacquesneto... alabado sea!
ResponderEliminarY yo intervengo para decir que a mi lo que me gusta del señor éste (Antoine, no Jaquesneto...) es que me resultan tremendamente plásticos y comestibles (si comestibles, me dan ganas de masticarlos, sentir como se deshace la carne y crujen su huesos entre mis dientes, serán las cosas de la edad. Y de la referencia a Bacon)
ResponderEliminarMaría,
ResponderEliminardesde luego los pezones de la chica de la sexta imagen me resultan cuanto menos comestibles, aunque amenazantes... La relación entre sexo, mirada y comida es algo de lo que no todo el mundo se da cuenta, en ese sentido no creo que sean cosas de la edad, sino de la sensibilidad.
un beso