"He intentado dejarte, no lo niego. He puesto punto final a nuestra historia al menos cien veces. Pero me despertaría cada mañana junto a ti. Buenas noches, mi amor, espero que estés satisfecha. La cama es algo estrecha, pero mis brazos están de par en par abiertos, y he aquí un hombre que trabaja aún por tu sonrisa."
I tried to leave you, I don't deny
I closed the book on us, at least a hundred times.
But I'd wake up every morning by your side.
...
Goodnight, my darling, I hope you're satisfied,
the bed is kind of narrow, but my arms are open wide.
And here's a man still working for your smile.
I closed the book on us, at least a hundred times.
But I'd wake up every morning by your side.
...
Goodnight, my darling, I hope you're satisfied,
the bed is kind of narrow, but my arms are open wide.
And here's a man still working for your smile.
Quizá la canción que más me sacudió de todo el concierto. La interpretación fue muy semejante a ésta de Lisboa.
ResponderEliminarEl "goodnight, my darling, I hope you're satisfied" lo dirigió al público en Granada, fue realmente una genialidad...
cuánta gente cabe en ese escenario?...
ResponderEliminarha sido genial, por un momento me ha parecido estar en lisboaversusgranada. Qué curioso el poder de las canciones cuando nos hablan directamente al centro de nuestro ser, cantadas para nosotros, canciones sobre nosotros.
un abrazo.
cuánta gente cabe en ese escenario?...
ResponderEliminarha sido genial, por un momento me ha parecido estar en lisboaversusgranada. Qué curioso el poder de las canciones cuando nos hablan directamente al centro de nuestro ser, cantadas para nosotros, canciones sobre nosotros.
un abrazo.
Emocionante, increíble. No me extraña tu sacudida, Rubén. Gracias por compartir tu emoción.
ResponderEliminarUn abrazo,
Laura.
Laura, Raúl, realmente el concierto estuvo lleno de esas sacudidas, esos desgarros inesperados. En el escenario granadino había una pila de músicos, destacó un laudista que antes de "Who by fire" se marcó un solo muy emocionante.
ResponderEliminar"El poder de las canciones cuando nos hablan directamente"... sí, canciones sobre nosotros o sobre situaciones vividas por personas cercanas a uno, inesperadamente.
Copio aquí mi breve crónica del concierto, escrita al día siguiente, que estaba en el post de Echo & the Bunnymen:
ResponderEliminar"Bufff... Puedo decir que éste ha sido musicalmente el mejor fin de semana de mi vida. Lo de anoche de Cohen fueron palabras muy mayores, imaginaba que iba a ser emocionante pero no hasta ese punto. Es difícil de describir con palabras. No pensaba que podría crecer mi admiración hacia este hombre, que ya era enorme. Además pude darle un abrazo y charlar brevemente con Stalker, el Stalker analógico de carne y hueso y sonrisa con quien pude encontrarme por primera vez.
Verle cantar de rodillas "Dance me to the end of love", nada más empezar el concierto. Quitarse el sombrero cada dos por tres ante un público tan entregado como él. Lo cómico de ver a una leyenda de 74 años saliendo y entrando del escenario dando saltitos, como un muchacho. Pero sobre todo la presencia y la voz. Imponentes. Las canciones de sus primeros años sonaban escalofriantes con la potencia de su voz destruída, no sé si quiero volver a oír "So long Marianne" con el acento dylaniano de la grabación de estudio. El setlist fue una brutalidad, sólo eché en falta "Chelsea Hotel" que es una de mis canciones favoritas, el concierto duró más de tres horas.
Se me saltaron las lágrimas con "Who by fire", "Take this waltz" y "I´ve tried to leave you". Mi compañera también lloró. Ésta última canción no sé por qué no me la esperaba y me dejó hecho trizas, devastado por dentro. "First we take Manhattan" y "The future" (give me crack and anal sex...) sonaron tan diabólicas como tenían que sonar, con el "you know the way to stop me, but you don't have the discipline" se me puso el vello de punta, me sentí a punto de invadir Berlín o algo aún más terrible y épico.
Terminó el concierto diciendo que nunca olvidaríamos esa noche. Primera persona del plural: en ese "we" estaba Leonard Cohen, su banda y todos los que estábamos allí."
abrazos
Si yo fuera aquella mujer, no me alejaría de allí.
ResponderEliminarGracias, Rubén, por transmitirme estas pulsiones eléctricas. Qué alegría que hayas podido abrazar al Stalker de carne y hueso. Entiendo que hayas llorado. Hay tantas cosas nuestras, tantos pedazos de nuestras vidas, mezclados y revueltos y vivos en estas canciones. Un abrazo enorme.
ResponderEliminarGracias a vosotras por compartir conmigo estas emociones, fue una noche tremenda, un acontecimiento. Espero que marque el comienzo de un período de vida intensa y feliz.
ResponderEliminarEsther, Cohen es un verdadero seductor, de los sinceros. Dude entre postear esta canción o la irresistible "I'm your man", pero ésta me emocionó más.
Últimamente no deja de venir a mi cabeza esa frase de First we take Manhattan: "tú sabes cómo detenerme, pero te falta disciplina". Mi cerebro segrega algún tipo de endorfina al recordarla. Pero aún no he averiguado qué relación tiene con mi propia existencia.
un gran abrazo
I saw a beggar leaning on his wooden crutch,
ResponderEliminarHe said to me, you must not ask for so much.
Yo nunca pude dejar de pensar en esta frase, supongo siempre es su voz atravesando los focos de luz sin romperlos, excesivo de humo, descifrado de alcohol y todos esos jeroglíficos que no son sólo canciones.
Magnífico.
Qué buena Bird on a wire... Has descrito a la perfección el encantamiento de Cohen, uno de sus muchos encantamientos.
ResponderEliminarbesos
Sí, sí, yo creo que noches así son puntos de clivaje, en los que la vida vira hacia la felicidad. La estás convocando, de hecho, con tus palabras. Ella no viene si no se la convoca.
ResponderEliminar(¿estás escribiendo crónicas periodísticas o ensayos sobre rock? recuerdo la entrada inagotable sobre Fireflies ... me gusta tanto esa vena y es una dicha leerte navegándola)
Mariel, no escribo de manera habitual y reglada sobre música, aunque me encanta hacerlo. Quizá cuelgue en un futuro aquí un análisis de "Geek the girl" de Lisa Germano, uno de mis discos favoritos, que preparé para la desaparecida revista digital Oniria y se quedó huérfano. Me complace mucho que un alma rockera con una cultura musical tan vasta como la tuya aprecie estas pequeñas incursiones, me anima a hacerlo más en el futuro.
ResponderEliminarAyer me pegué un susto terrible cuando me dijeron que el tito Leonard se desmayó durante el concierto de Valencia (creo que Laura iba a asistir, quizá nos cuente), afortunadamente parece que fue sólo un corte de digestión: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/09/18/valencia/1253304365.html
Demasiada entrega para un señor de 75 años: uno de los rasgos que me impresionaron de su carácter, de su presencia en el escenario, fue su manera de presentar a los músicos de su banda. Dedicó a cada uno de ellos una larga serie de elogios y epítetos homéricos. Es conmovedora tanta entrega y humildad en un ártista de su edad, la comparación con Van Morrison, que tocó en Granada hora y media exacta, con una absoluta frialdad y desapego hacia el público y la banda, pone las cosas en su sitio.
Hoy entro a tu blog, Rubén, y me encuentro con Cohen...con su emoción, a pesar (?) de los años...
ResponderEliminarNo había visto/escuchado esta entrada antes, pero algunas coincidencias quizás señalen un deseo compartido de sacar lo poético de su institución atrincherada, de ponerla a dialogar con la música, la pintura, el cine...pero más en general, con la vida.
Y Cohen seguirá ahí, ayudándonos a sentir el temblor. En cualquier caso, gracias por la entrada y las crónicas.
Un abrazo fuerte,
Arturo
Arturo, no lo había hecho de modo consciente (al menos no claramente consciente) pero es cierto que en este blog se ha tendido a la relación entre disciplinas, escuchar el diálogo o la imbricación entre la palabra escrita y otras formas de arte. Y sí, quizá ese sea un modo de extraer la poesía del ámbito de la lectura cada vez más solitaria y revelar el modo en que se injerta en el cuerpo de la vida.
ResponderEliminarun abrazo y gracias a ti